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Alimentos trasgénicos: Seis Cosas que debes tener en cuenta

Los alimentos transgénicos son aquellos cuyo ADN es modificado genéticamente para conseguir unas características deseadas. Actualmente los alimentos transgénicos tienen más presencia en plantas que en los animales, o si deseas escuchar una definición más técnica: los alimentos transgénicos son aquellos alimentos a los que se les han insertado genes exógenos (de otras plantas o animales) en sus códigos genéticos.

La ingeniería genética ha estado manipulando la alimentación mundial desde 1990.

El consumo de estos productos en el ser humano conlleva a algunos daños o riesgos.

Algunas cosas que debes saber son:

1.- Gran parte de lo que comemos a diario contiene organismos genéticamente modificados.

2.- Su consumo frecuente puede causar alergías, derivadas de una intoxicación. Por ejemplo si combinan cacahuate con tomate, en los casos de personas con alergia a los componentes del cacahuate puede enfermarse comiendo tomates.

3.- Algunos medicamentos pueden dejar de surtir efecto, debido a la resistencia a los antibióticos que desarrolla el cuerpo humano debido a la transferencia en el consumo de los alimentos trasgénicos. Requiriendo dosis de antibiótico más elevado ante un cuadro de enfermedad infecciosa.

4.- El cáncer se puede desarrollar por el envenenamiento en la sangre por los residuos agroquímicos en estos alimentos, de acuerdo a estudios de la Universidad de Chicago.

5.- Problemas gastrointestinales derivados de las mutaciones genéticas, ya que al recombinar virus y bacterias de los alimentos trasgénicos se da origen a cepas más patógenas de algunas enfermedades.

6.- Daño hepático. Un estudio publicado por la revista Food and Chemical Toxicology aplicado en ratas reveló que el consumo frecuente de estos alimentos durante dos años puede llegar a un daño hepático e incluso tumoraciones.

Ejemplos de alimentos genéticamente modificados:

El maíz. Un 85% del cultivo estadounidense ha sido modificado para ser resistente al herbicida glifosato.

La soya. Se le modificó para tener un alto contenido de ácido oleico y reducir el colesterol LDL (malo).

La alfalfa. Se le agregó un gen que la hace resistente al herbicida roundup y así poder rociar el químico sobre ella sin dañar la alfalfa.

Canola. La mayoría de los cultivos en EE.UU. ya son modificados.

Leche. Para aumentar la leche producida las vacas son alimentadas con hormonas del crecimiento bovino (rBGH).

Patatas, tomates y calabazas o calabacines son algunos otros alimentos manipulados.

Si bien, la ingeniería genética en la alimentación desde un principio ha alegado que tiene como beneficio en primer lugar los bolsillos de los agricultores; ofrecer alimentos más baratos y saludables para ayudar a combatir el hambre y la pobreza en el mundo; no obstante, dichas tesis no se han podido sostener: a veinte seis años de su implementación la escasez de alimento y el hambre en el mundo siguen vigentes.

Sólo en México el problema continúa, de acuerdo a una cita de la revista UNAM: "A pesar de que en los últimos 20 años en México se ha observado una disminución en los diferentes tipos de desnutrición infantil, la prevalencia de baja talla continúa siendo un grave problema de salud pública en menores de cinco años de edad. Actualmente en México, 1.5 millones de niños de esta edad (13.6%) sufren de desnutrición crónica (baja talla para la edad)".

Además es mínima la reducción en el uso de pesticidas en los cultivos.

Cabe establecer que sí hay una manipulación genética que busca hacer mejores alimentos, que son modificados “para mejorar sus cualidades organolépticas y propiedades nutricionales como es el maíz transgénico vitamínico desarrollado por la Universidad de Lleida”; desafortunadamente los alimentos con propiedades beneficiosas aún no llegan a la mayoría de los consumidores finales.

¿Qué alternativas tenemos ante los alimentos trasgénicos?

Resulta que los pueblos indígenas y rurales, supuestamente retrógrados e ignorantes, han practicado la agricultura sustentable por miles de años y tienen conocimientos avanzados en un sinnúmero de áreas relacionadas con la salud humana y la protección del ambiente.

En los albores de este milenio se hace más y más claro que el paradigma científico occidental no era la última palabra en lo que se refiere al desarrollo humano.

Existen una buena cantidad de países que han prohibido definitivamente el uso de tecnología para la manipulación genética de sus alimentos.

Consumir alimentos de procedencia ecológica u orgánica, basados en la agricultura sustentable y suplementar la alimentación para reforzar el sistema inmunológico parecen ser la solución más sensata ante el escenario actual.

Alimentos como el té verde y algunas variedades de hongos comestibles activan a los macrófagos para combatir virus y bacterias y contienen antioxidante EGCG reducen el riesgo de varios tipos de cáncer e inhiben el crecimiento de bacterias dañinas en el intestino.

Es recomendable su consumo en bebidas para facilitar su ingesta frecuente.

DXN, compañía líder en la Industria del cultivo orgánico de ganoderma lucidum, cuenta con una línea de suplementos alimenticios que contienen uno de los hongos comestibles más reconocido en el mundo por sus altas propiedades benéficas para el sistema inmune, con la combinación de té verde para inhibir problemas intestinales.

Lo que hace que DXN sea una alternativa saludable y orgánica de la agricultura sustentable ante una generación de transgénicos díficiles de detectar.

Si es imposible analizar lo que comes a diario, suplementa tu alimentación de manera práctica y sencilla.