Para algunas personas la llegada de un nuevo año, sólo representa un cambio de número en el calendario de su agenda. Lo práctico y metódico de sus vidas los delata en sus palabras, tanto que es imprescindible e inamovible el rigor en sus actividades diarias: “Yo siempre entro a esa hora”; “es que suelo hacerlo sólo por las tardes”, “no tengo tiempo”, “no puedo”, “no me alcanza” y entre tantas sugestiones mentales permanecen en la inercia de sus días.
¿Qué es un ser extraordinario?
¿Acaso es aquel que es poseedor de un poder impresionante?
¿Lo es tal vez el ser henchido de energía única?
¿Lo es aquel que cuenta con la aprobación de los Dioses?
¿ El que es capaz de llegar al Sol?
Un ser ordinario es aquel que está provisto de capacidades que la mayoría de su raza posee. El diccionario lo define así: ordinario es un adjetivo que permite nombrar a algo común y regular, que sucede de manera habitual o que es frecuente, es decir, puede ser cualquiera.
Déjame decirte que los seres extraordinarios que mencioné al principio no existen; éstos forman parte de una mitología; de una leyenda o de un mundo fantástico inventado en la ciencia ficción.
Entonces ¿quién es un ser extraordinario?
¿Sí existe alguien tan poderoso, tan enérgico, iluminado por los Dioses y que puede traspasar los límites?
¿Cuántas veces has sentido dolor?
¿Han habido ocasiones en que te has sentido impotente?
¿Has llorado ante lo inevitable?
¿Has caído tan profundo y tan duro que has dicho: ya no podré volver a levantarme?
¿Has visto el ocaso perderse con desesperanza?
¿Morir un sueño?
¡Los seres extraordinarios sí existen!
¡Eres uno de ellos!
Pues a pesar de la intensidad de tu dolor que revele el rictus de tu cara, no has reducido el esfuerzo; al contrario, lo has incrementado.
Y sin importar que seas pequeño o débil; tu voluntad se ha impuesto sobre los prejuicios.
Y aunque sabes que algunas páginas no tienen regreso; levantas la cara, limpias las lágrimas y sabes que vale la pena seguir con más brío, con más ánimo; sobre todo, por los que ya no están, porque se merecen un homenaje en vida: tu vida.
Y cuando has estado ahí, desarticulado y frágil; vulnerable y azotado por la adversidad mezquina, te has puesto de pie y has gritado: ¡YO SI PUEDO LEVANTARME!
Porque aunque el Sol se ponga y tú estés desconsolado; recuerdas que mañana será otro día y la luz volverá a brillar con más fuerza y tendrás una nueva oportunidad.
Y aunque ese sueño haya muerto, y muchas veces lleve tiempo enterrado bajo la tierra de tu escepticismo y de tus dudas; siempre recuerdas que hubo un hombre que llevaba días en el sepulcro y resucitó. ¡Cuánto más tus anhelos!
¡Corre! ¡Arranca las hojas del calendario! Cada una representará un día que luchaste; veinticuatro horas que te preparaste; cientos de minutos que diste lo mejor de tí.
Cada nueva hoja representa la esperanza de una nueva oportunidad; la bendición de decir ¡Gracias, Señor! ¡porque estoy aquí!
Mis amigos: Para algunas personas la llegada de un nuevo año, sólo representa un cambio de número en el calendario de su agenda…
Para mi representa una increíble, maravillosa y sorprendente oportunidad de ser EXTRAORDINARIO
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