Recuérdate a ti mismo todo lo bueno que tienes. Luego desafíate a hacer algo significativo y pleno de sentido con todo aquello que tienes.
Seguro, tienes tus problemas y tus desafíos. Sin embargo, quedan empequeñecidos ante las oportunidades que se abren anti ti.
De hecho, algunos de esos mismos problemas podrían perfectamente estar mostrándote tus más valiosas posibilidades. Hasta cuando la vida se encuentra en su punto más complicado, sigue rebosando oportunidades.
Qué pena sería tener tanto y no aprovecharlo al máximo. Qué pena sería no experimentar y expresar y esparcir la riqueza de la vida por todas partes.
Ni siquiera se te ocurra quejarte por lo que no tienes, porque sería un desperdicio de tu preciosa vida. Enfócate en cambio en todo lo bueno que si tienes.
Aférrate a todo lo bueno, y hazlo más vibrante aún mientras fluye desde ti. Date cuenta de la suerte que tienes, y harás que sea cada vez mejor.
— Gabriel Sandler
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