Algunas veces, emitir juicios acerca de lo que otros hacen y
dicen resulta útil y necesario. La mayoría de las veces, sin
embargo, puede ser una pérdida de tiempo y energía.
De hecho, uno de los mayores obstáculos para escuchar de
manera efectiva está dado por el hábito de emitir, continua y
apresuradamente, juicios acerca de lo que se está diciendo.
Cuando la mente está tan preocupada por juzgar y criticar,
no le queda espacio para aprender y comprender.
Diferentes personas encaran la vida de manera diferente y
tienen
opiniones diferentes. En esa diversidad hay un valor enorme.
Pero si te apresuras demasiado a emitir juicios, puedes
perderte mucho de ese valor. Si te concentras demasiado
en demostrar cuán sensato eres o que tienes la razón,
dejas pasar la oportunidad de incorporar verdadera
sabiduría.
Claro que ejercitar un sano juicio para evitar ser lastimado
por los demás, o que se aprovechen de ti, es coherente y
acertado. Recuerda, sin embargo, equilibrar ese juicio con
comprensión y aceptación.
Relaja tu enjuiciamiento y aumentarás tu conocimiento.
Cuanto más a menudo practiques una sana aceptación,
más sabiduría y comprensión alcanzarás.
Gabriel Sandler
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