El sistema circulatorio permite a la sangre realizar numerosas funciones necesarias para el correcto funcionamiento del organismo. En ocasiones, el flujo sanguíneo se ve bloqueado por depósitos de impurezas que dificultan el transporte de oxígeno, nutrientes y productos de desecho de las células, provocando trastornos circulatorios.
El estilo de vida actual y los nuevos hábitos alimenticios han causado en los últimos años un incremento significativo de las enfermedades cardiovasculares. Estas enfermedades son provocadas en su gran mayoría, por un exceso de impurezas acumuladas en la sangre. Se ha comprobado que el elevado nivel de colesterol es el principal causante de estas patologías, que constituyen la primera causa de mortalidad en los países desarrollados.
El colesterol es un lípido (grasa) necesario para el correcto funcionamiento del organismo, que proviene de los alimentos grasos de nuestra dieta y del hígado, el órgano encargado de su producción. Cuando el colesterol se forma en exceso o cuando hay una deficiencia en su eliminación, se elevan sus índices y se forman depósitos grasos.
La hiperglucemia o exceso de azúcar en la sangre es producto de ciertas patologías y a su vez es una de las principales causas que desencadenan muchas enfermedades. La tasa normal de glucosa en la sangre (glucemia) es de 76-110 mg/dl. Cuando el índice de glucosa, tras la medición en ayunas, supera los 110 mg/dl se declara la diabetes. El glucagón y la insulina son dos hormonas segregadas por el páncreas, que se encargan de regular el nivel de azúcar. El glucagón eleva el nivel de glucosa; la insulina la reduce, limitando su producción, facilitando su entrada en las células y transformándola en glucógeno (almacén de glucosa). Ante la carencia o ineficacia de la insulina, se presenta la diabetes. Podemos diferenciar principalmente dos tipos de diabetes mellitus:
1) Diabetes mellitus insulino dependiente: (juvenil o de tipo i) es una enfermedad autoinmune. El enfermo diabético crea anticuerpos contra las células productoras de insulina, impidiendo de este modo su formación. La carencia de ésta, supone la pérdida de la única hormona que reduce el azúcar de la sangre, elevándose así la glucemia.
2) Diabetes mellitus no insulino dependiente: (tardía o de tipo ii). Las personas que padecen este tipo de diabetes, sí segregan insulina, pero ésta no es completamente eficaz, ni se presenta en cantidad suficiente.
La tensión arterial es la presión que ejerce la sangre sobre la pared de las arterias. Sus niveles normales son de 110 a 140 mmHg para la presión máxima (presión sistólica) y de 70 a 90 mmHg para la minima (presión diastólica). Cuando la tensión se mantiene por encima o por debajo de los valores normales, se habla de hipertensión o hipotensión respectivamente. El Reishi tiene la capacidad de estabilizar la tensión sanguínea. Esta afirmación puede resultar paradójica, sin embargo, no debemos olvidar que el Reishi tiene la capacidad de normalizar y equilibrar las diferentes funciones del organismo (adaptógeno). Tiende a regular la tensión, rebajando la hipertensión y aumentando la hipotensión, hasta alcanzar los índices normales.
En hipertensión:
En hipotensión:
El hígado es el órgano interno mas grande del cuerpo humano y cumple un papel fundamental en la regulación de sus funciones organicas. Realiza funciones químicas vitales, como el procesado de nutrientes, las transformación de desechos y sustancias nocivas y las síntesis de proteínas, azucares, grasas y bilis. A pesar de que este órgano tiene una gran capacidad de regeneración, la acumulación de stress, el abuso continuado del alcohol, tabaco, drogas o los virus, hacen que esta capacidad se pierda y se produzcan lesiones permanentes. Se considera que el terpeno, uno de los componentes del Reishi, restaura y normaliza el funcionamiento de las células hepáticas dañadas. Además, la acción conjugada del terpeno junto a otros hidratos de carbono, mejora y normaliza el metabolismo del colesterol y favorece la descomposición del alcohol digerido. La acción que ejercen los polisacáridos del Reishi, hace que la inflamación hepática disminuya y en consecuencia, se normalice el funcionamiento del hígado.
El cuerpo dispone de su propia fuerza de seguridad, el Sistema Inmune, y consta de dos tipos de defensas: defensa inespecífica o innata y defensa específica o adaptativa.
A pesar de que el sistema inmune está diseñado para proporcionar protección inmediata y eficaz frente a cualquier antígeno, un trastorno por exceso o defecto en el mecanismo de actuación provoca enfermedades autoinmunes o enfermedades de inmunodeficiencia.
La alergia es una respuesta inmediata e inapropiada del sistema inmune. Se origina por una sustancia que generalmente es inofensiva para la gran mayoría de los individuos. Esta sustancia, conocida como alérgeno, puede ser inhalada, ingerida o puede entrar en contacto directo con la piel, causando una reacción alérgica. Ante el primer contacto con el alérgeno, el sistema inmune produce un anticuerpo o inmunoglobulina específico, la inmunoglobulina E (IgE) que se impregna en la superficie de los mastocitos (células que almacenan histamina). Cuando el alérgeno invade el organismo por segunda vez, se combina con las Inmunoglobulinas E del mastocito manteniendo un enlace cruzado. Este enlace cruzado hace que los gránulos de los mastocitos liberen histamina, causando una respuesta alérgica inmediata con estornudos, eczemas, prurito, moqueo... Cuando la liberación de histamina es excesiva, se produce una sobredefensa dirigida no sólo contra el alérgeno invasor, sino contra el propio organismo, dando lugar a la alergia. Se considera que la alergia es una predisposición a segregar excesiva histamina.
El Reishi posee una serie de compuestos de lanostina. Se comprobó que estos compuestos tienen la capacidad de aislar y frenar la excesiva producción de histamina. Así mismo, se comprobó que la lanostina mejora el funcionamiento de las glándulas suprarrenales. Otro de los compuestos descubiertos es el ácido ganodérico D, que reduce la excesiva liberación de histamina.
El asma se ha convertido en una de las enfermedades alérgicas más comunes entre la población, debido principalmente al incremento significativo experimentado en las últimas décadas. Esta enfermedad alérgica afecta a los bronquios y produce episodios de disnea y sofocación, de intensidad variable, causados por la obstrucción de las vías respiratorias. Esta obstrucción se debe a la combinación de varias reacciones: La contracción de los bronquios y bronquiolos, la inflamación causada por la histamina y el aumento excesivo de moco. Para reducir la frecuencia y gravedad de estos episodios, es necesario evitar o reducir los alérgenos. Los alérgenos que con mayor frecuencia producen o intensifican los episodios de asma bronquial alérgico son: El polen, el polvo, el pelo de algunos animales, ciertos alimentos y varios fármacos, entre otros. La ansiedad, el estrés, el ejercicio excesivo y las infecciones respiratorias, son otros de los factores que provocan esta patología alérgica.
Tras largos estudios, se ha comprobado que el Reishi es un anti-histamínico que frena la producción y liberación de histamina, normalizando la respuesta alérgica. Según el Dr. Andrew Weil, de la Universidad de Harvard, los compuestos de lanostina identificados en el Reishi tienen un efecto tónico en las personas que padecen asma y otro tipo de alergias.
Un trastorno en el mecanismo de autoreconocimiento del sistema inmunológico, produce enfermedades autoinmunes. Como la propia palabra indica, la enfermedad autoinmune es una patología del sistema inmune que activa sus mecanismo de defensa contra sus propios tejidos, causando enfermedades. La edad y la herencia son algunos de los factores que condicionan la alteración del control inmunitario, siendo las infecciones, las lesiones y los fármacos, posibles causantes de esta alteración.
Según el Dr. Andrew Weil, de la Universidad de Harvard, el Reishi mejora los trastornos autoinmunes normalizando la excesiva respuesta del sistema inmune. Se ha comprobado que en algunas enfermedades consideradas autoinmunes, como la artritis reumatoide, el Reishi reduce ciertos síntomas, como el dolor y la inflamación. Algunos investigadores del Reishi, han logrado identificar la presencia de varios componentes con efectos anti-inflamatorios como el ácido ganodérico D y la lanostina. También se ha identificado otro elemento denominado endorfina, que disminuye el dolor causado por la inflamación.
Las enfermedades de inmunodeficiencia se manifiestan cuando el sistema inmune esta fuertemente debilitado. El progresivo deterioro de este mecanismo, amenaza la seguridad interna y aumenta considerablemente el riesgo de padecer enfermedades. Los trastornos genéticos, la edad, la herencia y las lesiones provocadas por tratamientos farmacológicos, están implicados en el deterioro paulatino del sistema inmune.
El Sida es una enfermedad viral causada por el VIH o Virus de Inmunodeficiencia Humana que debilita, disminuye y destruye los Linfocitos T, incapacitando la resistencia y efectividad del mecanismo de seguridad interno del afectado.
Tras largas investigaciones, se ha logrado comprobar que los polisacáridos del Reishi tienen la capacidad de reforzar el sistema inmune debilitado. Especialmente, se ha verificado la presencia de una sustancia denominada mucopolisacárido, que se incorpora a la membrana celular incrementando la resistencia de las células frente a los virus. Son numerosos los médicos e investigadores que han comprobado que el Reishi activa y fortalece los macrófagos, linfocitos y las células asesinas o Natural Killer y aumenta el nivel de interferón; elevando el nivel de inmunidad debilitado.
El cáncer es una patología de las células sobre la que no existe una teoría definitiva acerca de sus orígenes. Se cree poco probable que exista una sola causa que lo provoque, dado que el cáncer no es una única entidad patológica. Es posible que se desarrolle como consecuencia de la interaccion de varios factores o por la exposición prolongada a varios agentes cancerígenos. No obstante, se considera que la herencia, los habitos alimenticios, el consumo de tabaco, el abuso de alcohol, las radiaciones, las infecciones… son algunos de los factores que desencadena la patología cancerígena.
Cuando una celula se maligniza, su crecimiento natural sufre alteraciones. Las células se multiplican sin control y da lugar a un tumor.
Numerosos médicos, especialistas e investigadores, como el Dr. Shigeno, el Dr. Morishige o el Dr. Chen, coinciden en afirmar que el Reishi tiene la capacidad de reforzar la inmunidad del organismo. Se considera que los hidratos de carbono en polisacáridos del Reishi poseen un importante potencial anti-cancerígeno. Sin embargo, según el Dr. Chen esta capacidad no es única de los polisacáridos, sino de la actuación conjunta de varios de los componentes del Reishi. El Dr. Shigeno, ha comprobado que los polisacáridos sensibilizan los receptores que mantienen la comunicación intercelular. La fluidez de información resultante, hace posible que las células defensivas identifiquen con mayor facilidad y rapidez la división irregular de las células. Para el Dr. Morishige, el oligoglucano (hidrato de carbono simple) del Reishi activa y fortalece las defensas naturales, potenciando la actuación de los macrófagos y de las células asesinas o Natural Killer. El citado doctor ha verificado que la acción conjunta del germanio y de los polisacáridos aumentan la producción de interferón. Según los resultados obtenidos en sus experiencias, el Reishi incrementa de 30 a 50 veces la producción de esta sustancia. El Dr. Chen considera que la función principal de los polisacáridos no es la de atacar directamente a las células cancerosas, sino la de fortalecer el mecanismo de vigilancia y seguridad interna frente a los tumores. El mencionado doctor ha comprobado que el Reishi, gracias a su capacidad fortalecedora, ayuda a paliar los efectos secundarios provocados por los distintos tratamientos terapeúticos contra el cáncer, permitiendo al enfermo recuperar los niveles de inmunidad debilitados. Según el Dr. Chen, el ß-D-Glucano es el componente con mayor potencial anti-cancerígeno presente en el Reishi. Gracias a la acción conjunta de los distintos tipos de hidratos de carbono y atendiendo a la tipología y localización del cáncer, el Reishi tiene la capacidad de frenar la formación de los tumores y retardar su avance. Así mismo, detiene la posible metástasis cancerosa. La larga experiencia del citado doctor con el Reishi, le ha permitido analizar su efecto en periodos de recaída y en fases avanzadas. Ha comprobado que además de inmunizar el organismo deteriorado por la recaída, el Reishi aporta Calidad de Vida al enfermo en fase terminal. Se considera que la endorfina y el germanio favorecen esta actuación, aliviando los síntomas típicos de esta fase como el dolor, cansancio, etc.
Un grupo de científicos de la Universidad de Medicina Tsu de Japón, investigó el efecto anti-cancerígeno de varios preparados de Ganoderma Lucidum, en un grupo de ratones con Sarcoma 180 (un tipo de cáncer). Según los resultados obtenidos, la actividad anti-tumoral de los preparados fue muy significativa. Este preparado causó una completa regresión del tumor en el 50% de los casos y una reducción en el 83,9% del total.
Otro grupo de investigadores de la Facultad de Farmacia de Seúl, confirmó el efecto anti-cancerígeno del Reishi en un grupo de ratones con Sarcoma 180. Transcurridos veintiocho días, se comprobó una remisión completa del tumor en un tercio de sus componentes, siendo la tasa de inhibición del 87,6%. También se verificó que el índice de supervivencia de estos ratones había aumentado de forma significativa. Simultáneamente a este ensayo, un equipo de científicos de Nagano (Japón) estudió la supervivencia de un grupo de ratones con Sarcoma 180. Comprobó que el tiempo de supervivencia media aumenta un 37,5% con la administración de Reishi.
El envejecimiento es un proceso biológico normal que implica determinados cambios anatomicos y fisiológicos evolutivos. Este proceso biológico es variable y depende de factores hereditarios, psicológicos y sociales. Durante la senectud, el organismo experimenta una perdida gradual de sus funciones, los sistemas sufren un deterioro paulatino y el riesgo de padecer enfermedades aumenta considerablemente. Este desgaste funcional produce, con frecuencia, trastornos en el sistema inmunológico que acentúan el carácter crónico de las enfermedades. El Reishi tiene la capacidad de fortalecer el sistema inmune deteriorado por la edad, reduciendo la frecuencia de enfermedades propias de este proceso biológico. El Reishi normaliza y equilibra las diferentes funciones del organismo, actuando conjuntamente en todos los sistemas. Su capacidad adaptogena permite al individuo disfrutar de una mejor calidad de vida.
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