Recientes estudios dan cuenta que muchas enfermedades que experimentamos los seres humanos vienen de la mano de lo que nos llevamos a la boca todos los días. Nuestra alimentación a la larga es la responsable de que algún mal aparezca. La dieta, más nuestro estilo de vida y los factores extrínsecos hacen que nos enfermemos. Cuando se rompe el equilibrio somático/mental de nuestro ser aparecen las enfermedades.
Sin embargo, existen personas que son más propensas a contraer un tipo especial de males por factores hereditarios o de ambiente. Hemos dicho que nuestra dieta alimenticia juega un papel muy importante en nuestra salud. Comer lo debido y oportunamente nos llevará a un estado de salud completa.
La pregunta es ¿sabemos alimentarnos? La respuesta en muchos de los casos puede ser desalentadora. Más aún, a veces abusamos de un tipo especial de comidas que no son del todo alimento. Nuestro sistema digestivo es una gran máquina compleja de procesamiento de nutrientes y muchos de nosotros desconocemos como funciona.
Con este artículo no pretendemos ahondar en como es el proceso de la digestión, pero si de orientar al lector sobre su mantenimiento y evitar los excesos que en nada nos favorecen.
Mucho se habló en el pasado sobre el uso de los purgantes y laxantes. Hasta ahora los elaborados en laboratorio, la gran mayoría solo constituyen "inflamadores del colon" que consiguen la evacuación de su contenido de manera irritante, violenta, nada natural. Las evacuaciones intestinales que provocan casi siempre vienen acompañadas de espasmos y dolor. Laxantes y purgantes. Los Laxantes y Catarticos ( Purgantes) pueden actuar de varias maneras, una es por enriquecer el contenido de materia de las heces o sea por volumen, al sentir más volumen el intestino grueso es estimulado para tener una mejor motilidad y movimientos peristalticos que mueven el contenido hacia la salida, es el caso de las fibras insolubles.
En otros casos lo que se logra es una diarrea osmótica al ingerir alguna sustancia que normalmente es una sal, como el fosfato de sodio, esto logra que el agua que se habia absorvido en el intestino regrese a la luz del mismo, fluidificando las heces. Sin embargo en muchos casos se logra obstruir las paredes del intestino para que no se absorba liquido logrando que las heces sean muy blandas y se expulsen sin abosber líquido de ellas ni otros componentes, es el caso de moléculas muy grandes como el polietilenglicol (nulytelly).
Hay otros que irritan las terminaciones nerviosas del intestino como las glicerina de los supositorios, fenolftaleina, antraquinona, bisacolidilo, etc. Los emolientes como el docusato sodico, el citrato de sodio, etc que ablandan las heces tambien ayudan a evacuar. Están también los lubricantes como los aceites mineral, de oliva, etc.
Y por ultimo los del tipo de estimulacion fisica como el supositorio y el aceite de ricino (ambiguo) y los azucares como la lactulosa. Cuando son usados de manera constante acostumbramos al intestino a trabajar cada vez menos y no dejamos que lo haga de manera natural. Cuando recurrimos a tratamientos como estos, lo único que conseguimos es llegar a tener un "intestino perezoso".
Nuestra alimentación rica en fibra y mucha agua deberá de hacer su trabajo natural. Sabemos también que gracias a productos naturales que estimulan el eficaz funcionamiento del colon y promueven una correcta digestión podemos prevenir muchos males a nuestro organismo, como es el caso de indigestiones, colon irritable, megacolon, estreñimiento, colitis, colon tóxico, hemorroides, diverticulitis, colon deprimido, pólipos y cáncer.
El mejor remedio, el café saludable Ganoderma tomado diariamente, una forma muy natural de estar regulado.
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