Lunes 26 de Abril de 2010
El valor de tu atención
Algunas veces, reduciendo la velocidad se puede ir más rápido. A menudo,
estando menos activo podrías hacer más cosas.
Corriendo apurado por una tarea, sin tomarte el tiempo como para hacerla
bien, ¿qué has conseguido? Correr por la vida tan frenéticamente que ni
siquiera puedes darte cuenta de dónde estás, ¿qué te aporta?
Tratando de hacer muchas cosas a la vez te estás dando a ti mismo un
mensaje sutil, fuerte y negativo. Te estás diciendo que ninguno de esos
esfuerzos, por sí mismo, merece tu completa y exclusiva atención.
Análogamente, haciendo una tarea de manera apresurada te estás dando
el mensaje de que esa tarea no es digna de tu tiempo. Si no tienes
respeto por lo que estás haciendo, eso que hagas no generará algo
muy valioso, no importa cuán rápido o en qué cantidad lo hagas.
Para conseguir el máximo valor posible, trabaja suficientemente rápido
como para realmente hacerlo, y suficientemente despacio como para
hacerlo bien. Antes de encarar una nueva tarea, asegúrate de tener
suficiente tiempo y de que éste sea de calidad, como para poder
dedicarle toda tu atención.
Deja de desperdiciar tanta energía corriendo de una cosa a la otra y de
vuelta a la primera. Y tendrás tiempo más que suficiente para generar
valor real y duradero.
No permitas que nadie te robe tus suenos y nunca dejes de cantar
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