El padrinazgo de la música le fue otorgado por haber demostrado una atracción irresistible hacia los acordes melodiosos de los instrumentos. Su espíritu sensible y apasionado por este arte convirtió así su nombre en símbolo de la música.
La reflexión en esta oportunidad irá encaminada a revalorizar la utilización de la música como recurso terapéutico, desde culturas ancestrales hasta la fecha, en el marco de una especialidad denominada Musicoterapia, una disciplina que cuenta actualmente con un basamento científico ampliamente comprobado ,y que se basa en el efecto favorecedor de la música en sus distintas variantes para producir cambios positivos dirigidos en especial al área clínica y educacional. La repercusión que distintos fragmentos o composiciones musicales pueden tener en las personas está demostrada a nivel psicológico así como a nivel de algunas funciones físicas, y ha demostrado ser muy útil para contrarrestar los efectos negativos del estrés, o para prevenir su aparición, ayudando al individuo a recuperar los niveles basales óptimos de funcionamiento psicofisiológico y de bienestar, por lo cual se considera que esta técnica puede llegar a ser útil no sólo en el marco clinico-terapéutico, sino en la prevención a nivel primario. Cabe mencionar que este aporte tiene cabida en el marco de una comprensión del diseño energético del ser humano ,que considera la Energía como fuente integradora y reguladora de toda estructura fisicoquímica y, por tanto, puede interpretar y utilizar múltiples éste recursos terapéuticos y preventivo.
Un grupo norteamericano de científicos afirma que basta escuchar música relajante 20 minutos diarios para aliviar el dolor crónico de la artrosis y disminuir el grado de depresión que experimentan los enfermos. La investigación -publicada en Journal of Advanced Nursing- se realizó en Florida (EEUU) con 66 enfermos de artrosis mayores de 65 años y se demostró que quienes escucharon música de Mozart 20 minutos diarios durante dos semanas (la mitad del grupo) apreciaron una disminución de sus dolores articulares de hasta un 50%. Según los investigadores la razón es que el organismo, al escuchar la música, libera endorfinas, compuestos bioquímicos naturales del organismo de efectos similares a la morfina que carecen de los efectos secundarios de ésta. Las melodías suaves no sólo inducen a la relajación sino que aumentan el humor.. Una música con predomino de la nota Do estimula las funciones espleno-pancreáticas. Esto es importantísimo saberlo porque, por ejemplo, es la base dela Musicoterapia y en Alcalá de Henares se hicieron cursos de esta terapia tras comprobar que los pacientes no sólo sangran menos con ella durante las intervenciones sino que la recuperación es mucho más rápida.
También se ha comprobado que la música puede influir en la conductividad eléctrica del cuerpo humano, al registrarse mediante galvanómetros los cambios en la resistencia eléctrica de la piel .
Asimismo la musicoterapia tiene efectos de tipo afectivo y mental contribuyendo a un equilibrio psicofísico que se basa en su poder calmante y reconfortante.
Entre sus múltiples aplicaciones se ha estudiado la acción que ejerce sobre el sistema nervioso, despertando su actividad e influyendo en la memoria y la actividad intelectual. Con respecto al fundamento de por qué las culturas utilizan una música y no otra, por ejemplo los escoceses que utilicen la gaita., se debe a que la nota musical predominante en ella es necesaria para estimular un determinado órgano que carecía de los nutrientes adecuados (portadores de una determinada energía) en su medio, mucho más limitado antes que ahora. Todo aquello que compensaba esas carencias era asumido inconscientemente como gratificante por el pueblo e incorporado a su cultura. El folklore de los pueblos, tanto la música como los colores o el vestido, además de manifestaciones culturales esconden terapias de compensaciones energéticas.
Las selecciones que comprenden la música adormecedora parten de parámetros extraídos de la literatura, susceptibles de producir ese efecto.Como aspectos esenciales comprenden una voz pausada y melódica, instrumentos de cuerda, ritmo poco marcado y ciertas semejanzas con canciones de cuna.
La música relajante, similar a la anterior en cuanto al ritmo lento y poco marcado, mezcla elementos naturales y electrónicos para recrear un ambiente tranquilo, que puede evocar el efecto de la marea, cascadas o una pradera. A diferencia de la anterior no busca necesariamente el sueño del sujeto aunque sí una relajación psicofísica amplia. Fragmentos de música barroca han demostrado producir estos efectos.
La música ansiolítica ha sido diseñada especialmente para pacientes con estados de ansiedad patológica y procura llevar al paciente gradualmente de un estado de ansiedad a un estado de sedación.
La música antidepresiva procura llevar al paciente, durante la escucha del fragmento, desde un estado deprimido (la música inicialmente sugiere tristeza y depresión) hasta un estado de ánimo y alegría.
Al poseer la aplicación de la musicoterapia un amplio espectro, sería deseable que fuera incorporada oficialmente por nuestro sistema de salud como un demostrado aporte en pro de la salud y calidad de vida.
Lic. Adela Álvarez- Humberto Nadal
ECOSALUD
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