El privilegio de traer niños al mundo lleva consigo la gran responsabilidad de enseñarles los fundamentos de una sólida educación Una de las mayores alegrías de la vida es el sentido de la maravilla que acompaña la llegada de un nuevo ser al mundo. Pero esa alegría va acompañada de una responsabilidad tremenda que significa asumir perfectamente la necesidad de una sólida formación. Puedes proporcionar a tus hijos con todas las ventajas y comodidades de una buena infancia, pero a menos que te esfuerces por ser un buen ejemplo que ellos puedan seguir, harás de ellos hombres de bien como adultos y con propósitos específicos en su vida futura. Tu conducta personal debe caracterizarse siempre por un comportamiento ejemplar, ya sea que tú seas el responsable o no de educarlos. No puedes tomar atajos éticos, grandes o pequeños, sin que otras personas dentro de tu núcleo familiar respalden también con el ejemplo los actos de formación de tus hijos. Ciertamente se cometen errores en el camino, pero si siempre has luchado por recorrer el mejor camino, ellos lo reconocerán y así te trataran en consecuencia. Enlace permanente a esta entrada: El privilegio de traer niños al mundo lleva consigo la gran respons... |
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