Si no hay acción, no existe decisión. Hemos confundido frecuentemente las buenas intenciones con los compromisos; las cosas empiezan a suceder cuando empezamos a actuar.
Lanzarse a la acción con hechos concretos para convertir lo propuesto en realidad, utilizando todos los medios que estén a nuestro alcance produciendo las opciones requeridas para lograrlo, aun cuando las situaciones circunstanciales sean adversas. El optimismo del líder ante la adversidad crea confianza y motivación.
Los líderes de Excelencia describen la situación en la que viven como intolerable y de inmediato proponen el cambio; la visión del futuro se convierte en la piedra angular de su propuesta, además hacen patente la urgencia de actuar, hacen sentir a sus seguidores que no hay tiempo que perder y de la urgencia de actuar. Además van despertando la creatividad y deseo de cooperación de su gente. Napoleón Bonaparte decía:
“La imaginación gobierna al mundo”, para motivar a la gente es necesario hacerla soñar, transmitiendo la visión en la forma más atractiva posible y que es necesario alcanzarla de manera urgente y ahora.
La visión es atrayente cuando se presenta en sus impactos sociales y humanos, no simplemente como un logro de resultado financiero, sino como factor que contribuye a la humanidad, haciendo sentir a toda la gente como colaboradores indispensables de un nuevo orden social. Además, el líder presenta su visión con tal sencillez que aumenta su visión y credibilidad, y los problemas que se van presentando son vistos como retos, no como obstáculos.
Miguel Ángel Cornejo
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