Rompiendo Fronteras !!!!!

"TÙ PUEDES LLEGAR A LA CUMBRE MÀS ALTA DEL MUNDO"

UNA MENCION A AQUELLOS QUE NO TIENEN VOCACION PARA EMPRENDER NUEVOS RETOS Y PREFIEREN ESPERAR A QUE LAS COSAS PASEN…
NO LE GUSTA VENDER:
A la persona que no le apasionan las ventas no puede aspirar a ser empresario. Sócrates señalaba: "pienso, luego existo"; en el mundo corporativo el axioma es "vendo, luego existo". Las ventas son el origen de la empresa, sin ellas no puede subsistir. En forma similar que el respirar para el ser humano, no vivimos para respirar, pero sin respirar no podemos vivir. El mundo de las ventas exige ser competitivo, adicto a los retos, a la persuasión; convencer es, para quien tiene talento, un deleite al cerrar un negocio, consolidar una venta, las empresas tienen, como todo, épocas de bonanza y de austeridad. Quien no posee ese talento, ante las primeras adversidades se siente despreciado, con ganas de olvidar todo. Le da gastritis, taquicardia, suda, se angustia. No es para ellos la aventura de ser empresario.
ES TEMEROSO:
Espera lo peor, es negativo por naturaleza y lo mas dramático es que la mayoría de las veces lo consigue. Es una persona cuya especialidad es producir miedo. El instinto de conservación es autoprotección natural; ante un peligro inminente nuestro cerebro responde en automático. Por ejemplo: cuando realizamos un viaje en avión las turbulencias o bolsas de aire nos espantan, y automáticamente nos aferramos al asiento, nuestras luces de emergencia interna se ponen en estado de alerta; en cambio, hay quien antes de abordar está pensando que el avión se caerá, está produciendo miedo y se pasa todo el trayecto esperando el trágico desenlace, y por supuesto cuando aterriza está agotado, la cantidad excesiva de adrenalina que generó acabó con el. En forma similar, los negocios son un trayecto con turbulencias, y para quien no tiene este talento el viaje es mortal.
SE DA POR VENCIDO:
Su valor es ser derrotista, y al tercer intento se da por vencido. Seguramente conocen personas que han iniciado más de 10 negocios y en ninguno la han hecho. Los obstáculos son más grandes que su determinación; al contrario, para el auténtico empresario cada adversidad alimenta su compromiso, así como en el montañista cada obstáculo es un trofeo por conquistar, la suma de los desafíos superados marca la grandeza de su hazaña. El que no tiene vocación de ser empresario renuncia ante sus primeras frustraciones, y cuando las cosas no le salen como esperaba, el desánimo lo invade y se da por vencido, que es la auténtica derrota: dejar de luchar.
ESPERAR.
Espera que las cosas sucedan. Su mayor valor es la esperanza. Algún milagro inesperado le dará la solución, pero confunde FE con ESPERANZA. La primera es certeza, seguridad, confianza, que si no se da ahora, seguramente después. El auténtico empresario no deja de luchar, de intentar más y descubrir nuevos caminos. Es un invencible, sabe que no hay decisión sin acción, por ello de inmediato se pone a trabajar. La inacción no es lo suyo, sabe que solamente intentando lo sabrá; está consciente de que no es victima de las circunstancias, que tiene que crear su propia circunstancia. Busca lograr lo que sea a pesar de la realidad.
NO TIRA LA VACA:
Recordarán la metáfora de la vaca. Cuando el maestro hindú conoce la aldea más pobre y abandonada, entre todas las que ha visitado; sus habitantes en harapos, miradas tristes, con niños famélicos; un lugar donde el olor es mas penetrante y repugnante es el hambre, pregunta el jefe de la aldea "¿de que viven?"El hombre contesta: "de una vaca. La ordeñamos, repartimos la leche y así logramos día a día sobrevivir". Al caer la noche, el maestro ordena a su discípulo arrojar la vaca al precipicio, quien renuente obedece. Años después regresa el discípulo, ya convertido en maestro, a la misma aldea, y su sorpresa fue mayúscula al encontrar una región próspera, donde las miradas están ahora llenas de luz, flores y casas remozadas con vivos colores y árboles frutales. Pregunta al jefe a que se debe tan notorio cambio. Y aquél le explicó: "la vaca amaneció muerta en el fondo de del precipicio. Entonces pensamos que si nos comíamos su carne, sobreviviríamos, pero ¿mañana? Así que disidimos destazarla y hacer trueque por gallinas los huevos de éstas por semillas, los frutos por marranos y así…"
La adversidad los impulsó a buscar nuevos caminos, y así sucede con muchos de los empresarios de éxito, que fueron despedidos de su trabajo, lo que fue el impulso para buscar medios para sobrevivir, también para otros que se graduaron en la universidad, y ante la falta de trabajo se inventaron uno. Si no se tiene la vocación empresarial, no se animaran a matar su propia vaca. Ser empresario es una vocación como la de cualquier otra actividad, y es un llamado que se siente en nuestro interior. Nos hace vivir lo incierto, se tiene espíritu competitivo y no importa sacrificar nuestra vaca.

EL QUE QUIERE GANAR, NUNCA JAMÁS ABANDONA,PORQUE EL QUE ABANDONA NUNCA GANA